MADRES
“Quiero ser bien claro al respecto, las
ovejas de este rebaño que medran con la situación por la que están pasando
tantas familias argentinas dejan de ser para mí ovejas, para transformarse en
cucurachas”.
Padre Kelly, asesinado por la última
dictadura militar argentina el 4 de julio de 1976
Escucho
los gritos de gente anónima: llantos desesperados, murmullos que intentan dar
consuelo. Puteadas y heridas invisibles que lo envuelven todo. No creo que tenga
más de quince años la chica a la que le tocó recién. Lo sé por esa vocecita de
nena asustada, su juventud estalla en cada grito e impregna las paredes con un
silencio de funeral. Pienso en su juventud y casi me olvido de la mía, hace
tanto que estoy en este agujero que no importa si son días, meses o es solo un
rato; mi alma se resquebraja y trato de recordar los momentos felices una y
otra vez, para sentir que algo tuvo sentido y lo seguirá teniendo. Aunque
queden tantas cosas por hacer, proyectos por cumplir y verdades por gritar.
Yo
no estaba cuando se llevaron a mi hija, pero el del 5to B escuchó todo, todavía
no eran las dos de la tarde, Sole estaba con su amiga Victoria, y yo trabajando
como un día más, ignorando que ya nada volvería a ser igual.
Yo
no podía hacer nada, cuando se los llevan así…es porque en algo andan, ojo que
de Sole no tengo nada que decir, si la conozco desde que usaba pañales; pero a
veces los amigos son una mala influencia, además hoy en día, la facultad es un
semillero de ideas raras; pero no se preocupe Mirta, va a ver como todo se
aclara y uno de estos días llega del trabajo y está Sole esperándola, no llore
de esa manera, me parte el alma, tenga fe.
Solo
tengo fe en Ud padre. Mis pies están cansados de andar por tantas y tantas
comisarías, mi alma está vacía por golpear puertas que nadie abre y todo sigue
igual: el sol sale cada día, las madres llevan a sus hijos al colegio, la gente
hace los mandados y mira el noticiero de las 9. Y yo, con este dolor abrasivo a
cuestas.
Padre,
se que mucha gente viene a verlo, Ud sabe lo que está pasando, hay muerte y
dolor por todas partes.
El
domingo lo escuché y tuvo tanto coraje en decir
lo que dijo, se que Ud puede ayudarme. Al menos me escucha y me
entiende, si supiera cuantos me dan vuelta la cara…
Hace
quince días que tengo los ojos vendados, la otra vez se filtró un poco de luz y
sentí que era una buena señal, es raro esto de los pálpitos acá en este lugar
donde no llega el sol, y “esperanza” se dice en voz baja o se la piensa sin pronunciarla.
Pienso
en ella y la fuerza de su vida, me impide bajar los brazos, no hay tiempo para
llorar, ni para lamentarse; necesita una madre fuerte, si supiera todo lo que
estoy haciendo por conseguir algún dato de donde está…ojalá pudiera decirle que
no la abandoné, ojalá pudiera decirle que jamás no la haré.
Pienso
en ella y sufro porque sé que no es el destino que soñó para mí. Descalza, con
la boca seca y la ropa sucia, sería un lujo poder lavarme los dientes. De que
manera extraña funciona la mente.
Pobre
vieja, tanta educación, clases de danza y modales de señorita bien para ahora,
no poder decidir ni el momento de ir al baño. Un cigarrillo sería demasiado
pedir, pero cada vez que siento el olor del tabaco, me entra una rabia, una
desesperación maldita que lloro a gritos… hijos de puta!, hasta que una
cachetada canalla me obliga al silencio.
Hasta
que no me digan donde está y quien ejecutó la orden, no me muevo de acá. Pero
ese verso lo vengo escuchando hace tres meses, estoy en todo mi derecho, no, no
me importa la hora que es, quiero saber.
Sole,
solcito, mi nena, la de tul azul, la principita ¿Cómo pudieron arrancarte de mi
lado? ¿Cómo se atrevieron a esto?
Somos
muchas, si supieras, nos estamos organizando. Nos ayudamos unas a otras, te
juro que no les va a ser nada fácil hacernos callar. Nos llaman las locas, pero
la verdad, me importa un carajo.